Son cubano: el ritmo que nació en Oriente y conquistó el mundo

Antes de la salsa, antes de la timba, incluso antes de la rueda de casino… hubo el son.

Y si alguna vez has sentido esa mezcla perfecta entre ritmo africano y melodía española que te hace mover los pies sin pensarlo, entonces has sentido el alma del oriente cubano.

El son: origen y revolución musical

El son cubano nació a finales del siglo XIX en las provincias orientales de Cuba, especialmente en Santiago de Cuba y zonas rurales cercanas como Guantánamo y Baracoa. Fue el resultado del encuentro entre las tradiciones africanas (percusión, ritmo, canto) y las españolas (guitarra, verso, poesía), dando vida a un estilo musical y bailable completamente nuevo.

Mucho más que música

El son no solo hizo bailar a todo un país: fue el primer gran lenguaje musical cubano que unió clases sociales, regiones y culturas. Lo tocaban campesinos con tres y marímbula, y también lo interpretaron grandes orquestas cuando llegó a La Habana. Se convirtió en símbolo de identidad, orgullo y resistencia.

El corazón de lo que bailamos hoy

¿Te gusta la salsa? Pues estás bailando evolución del son.

El son fue la base de muchos estilos posteriores: el mambo, el chachachá, el songo… e incluso la salsa neoyorquina tomó del son su estructura musical y cadencia.

¿Y cómo se baila?

El son cubano se baila con elegancia, pausa y cadencia. No tiene la explosividad de la timba ni la acrobacia de la salsa, pero tiene sabor, intención y mucha conexión. Cada paso cuenta una historia. Cada pausa tiene sentido.

Viajar al oriente: ir al origen

Cuando viajas a Oriente, no solo estás viendo paisajes increíbles: estás caminando por donde nació todo. Allí puedes escuchar son en las casas, en los clubes tradicionales, en la calle. Puedes aprender de los músicos que crecieron con él, de bailarines que lo llevan en la sangre.

Dance Travelling te lleva al corazón del son

Nuestros viajes al oriente cubano son una oportunidad única para vivir esta cultura desde dentro. Bailarás son, lo entenderás en su contexto, y te transformarás como bailador/a y como viajero/a. Porque para bailar salsa con alma… primero hay que conocer el son.